No es que sea precisamente fácil ser tú mismo en estos tiempos. Me explico, no es que desee generalizar el “fakismo” o convertirlo en una verdad, pero es un hecho que las líneas establecidas por la moda actual quedan tan arraigadas en la sociedad, que resulta complicado salir de la norma.
Parece un tópico, aunque el trasfondo es mucho más extenso. El jugador profesional de baloncesto, Kelly Oubre Jr., es el primer ejemplo que voy a utilizar. Los ‘’pregames’’ de la NBA se han convertido en auténticas pasarelas dignas de París o Milán, y prácticamente cada noche las estrellas de la mejor liga del mundo exhiben diseños exclusivos, con el mero fin de ser captados por el objetivo de la cámara. Aunque siempre hay una excepción. ‘’Wavy Papi’’, así se autodenomina Oubre Jr, ha conseguido acaparar todos los focos rompiendo con los esquemas. El actual alero de los Phoenix Suns destaca por usar combinaciones arriesgadas, pero con una esencia personal fuertemente marcada. Esmalte de uñas, abrigos de piel rosas…No distingue entre complementos por géneros, sino que los acopla a su forma de ser para generar una imagen única, que transmite algo en concreto. Asediado por las críticas, el joven natural de Luisiana lleva haciendo oídos sordos mucho tiempo, y hace poco menos de un año abrió la puerta de su tormento a la opinión pública: llevaba bastante lidiando con la depresión.
Sus colores más distintivos, el blanco y el negro, ahondaban en una cuestión mucho más superflua que el estilo. Estaban reflejando el mundo interno de Kelly, un chico de solo 22 años que, desde su privilegiada posición, no tiene miedo a plantarle cara al gran público.
El siguiente icono es conocido internacionalmente, desde su Puerto Rico de origen hasta la isla de Taiwan. Bad Bunny monopolizó la escena musical hace unos años, merced a un flow no escuchado con anterioridad, además de subirse a la ola del trap latino que comenzaba a despegar. Un rapado fuera de lo habitual, gafas estrambóticas, conjuntos eléctricos y SIN UN SOLO tatuaje, rara avis entre la farándula a día de hoy. El personaje del Conejo Malo ha evolucionado a un ritmo vertiginoso, pero no ha seguido el camino de otras estrellas de la industria, pese a copar casi toda la atención mediática. A medida que el género del trap traspasaba fronteras, los estereotipos también lo hacían con él, aunque los prototipos Lil Uzi Vert o Tyler The Creator eran más difíciles de encontrar en el universo de habla hispana. Ahí entra en escena la personalidad de Benito Martínez, quien ha hecho de los detalles en sus outfits su marca personal. Tintes, expresiones y también uñas pintadas rompen con todo lo habitual, e impregnan sus temas de un componente que atrae, como nada, a su parroquia más fiel.
En resumen, la ambigüedad con la que se tratan todos los términos actualmente, le confiere a “ser real” la capacidad se ser observado desde múltiples perspectivas. ¿Está ceñida la autenticidad de cada uno con la forma en que te expresas a través de tus maneras de vestir?, ¿Son de verdad l@s influencers gurús de la moda? O ¿Te sientes cómodo y, sobre todo, feliz vistiendo algo que realmente no te convence? Al fin y al cabo, lo único verdaderamente cierto es que merece la pena ser “real”.