Thomas Vinterberg se encargó en 2012 de La caza, un filme que funcionó muy bien y con el que se acabó de ganar a la crítica. Después de este, sus dos siguientes trabajos no estuvieron a la altura y ahora vuelve a intentarlo con Kursk, protagonizada por un excelente Matthias Schoenaerts, para narrar la tragedia del submarino nuclear ruso K-141 Kursk, ocurrida en agosto del año 2000.
Al principio, el largometraje arranca bien de ritmo pero, poco después, la historia se vuelve estática, siguiendo así durante el resto del metraje. Le falta intensidad para acabar de culminar. En algunos momentos es efectiva, pero en su mayor parte es decepcionante, faltándole emoción.
Kursk funciona a ratos. Tiene un principio y un final muy bueno. Una de sus últimas escenas, protagonizada por el gesto de un niño, es excelente, pero esto no compensa su monotonía que, en ocasiones aburre. Podría haberse llevado más por el suspense, haber aprovechado más a actores tan buenos como Matthias Schoenaerts, Léa Seydoux o Colin Firth pero. en su lugar, nos deja un trabajo que podría haber sido mucho más.
Valoración: 2,5/5
Lo mejor: Una de sus escenas finales, es realmente buena
Lo peor: Que es muy irregular y aburrida