Los poderes, la magia … ¿quién no ha soñado con ello? Parece que Eli Roth ha querido rememorar esos sueños de niño y ha creado ‘La casa del reloj en la pared’. En el elenco se encuentran Jack Black, Cate Blanchett y un jovencísimo Owen Vaccaro que es quien protagoniza una historia llena de magia y aunque no está muy bien logrado, algo de suspense y miedo, añadiendo un poco de lagrimilla fácil.
La historia que se cuenta resulta familiar, ya que, habla de un niño que tras la pérdida de sus padres acaba yéndose a vivir con su tío y el protagonista, se da cuenta de que su tío no es un tío cualquiera y su casa desde luego que tampoco. La casa hará que ocurran una serie de aventuras, que están mezcladas con algo de comedia y un poco de misterio y por supuesto, siempre acompañado todo de un tic tac de un gran reloj, o quizá de varios…
El filme está basado en la novela de John Bellaris y se convierte, por tanto, en una película familiar. En el largometraje, el niño, una persona diferente y con una infancia algo difícil, con tan solo 12 años, pretenden convertirle en un adulto, o casi, algo que, como todos sabemos, es probable en la teoría, pero no en la práctica.
La casa en donde se encuentra este famoso reloj, es una casa que pretende atemorizar y a mí, salvo su exterior, no me atemorizó en ningún momento. También Jack Black, el dueño de la mansión, tendría que dar miedo, pero su rostro decía todo lo contrario, pero hay que añadir, que su interpretación es notable, debe de ser su experiencia con esto de la magia…
Cate Blanchett es un personaje que está en la trama principal, pero no lo han aprovechado lo suficiente, yo creo que podían haberle dado más vueltas, ella da para mucho más. Es el papel que parece tener más conexión con el protagonista. Los demás personajes tampoco tienen mucho tiempo para desarrollar su rol, pero no parecen salirse de sus casillas.
‘La casa del reloj en la pared’ es una película para entretenerse, para vérsela un domingo por la tarde y para no dejar de pensar en los tics tacs de los relojes de la vida…