Cuando pensamos en atracadores, en ladrones o en criminales muy difícilmente se nos viene a la cabeza una madre de familia. Y si en lugar de ser una madre se trata de tres, menos todavía. La tercera temporada de Chicas Buenas, que aterrizó en Netflix el pasado 26 de julio, continúa contándonos la vida de Beth, Annie y Ruby y su recorrido por el mundo criminal.
Beth es ama de casa, madre de cuatro hijos y está casada con un hombre que le es infiel. Annie trabaja en un supermercado y tiene un hijo que se está descubriendo a sí mismo. Ruby por su parte, trabaja en un restaurante y tiene dos hijos, uno de los cuales padece problemas renales. Pero todo cambia cuando deciden atracar un supermercado.
Lo que empezó como una posible solución para sus problemas económicos, se convirtió en la introducción de estas tres mujeres en el mundo criminal, que sin saberlo cometerían más de un delito que antes les parecería impensable. En esta nueva temporada Beth, Annie y Ruby salen de un problema para meterse en otro. Se ven involucradas en robos, en blanqueo de dinero, en desapariciones y hasta en asesinatos.
Estas mujeres cuentan con una ventaja y es que nadie se imagina que tres señoras que se desviven por cuidar a sus hijos puedan ser las culpables de la desaparición de la que se habla en la tele o del robo sobre el que cotillea el vecino. Sin embargo, esto a veces también juega en su contra y es que la inexperiencia no es un punto a favor en cuanto a negocios criminales se refiere.
La tercera temporada de Chicas Buenas no difiere mucho de las anteriores, sin embargo esta serie cuenta con dos puntos fuertes a su favor. Por un lado la historia no se centra únicamente en los hechos delictivos que cometen. Vemos como Beth, Annie y Ruby roban, blanquean dinero y se juegan la piel en más de una ocasión, pero también cómo se enfrentan a problemas que a cualquier otra familia le podría suceder; como puede ser una infidelidad, no llegar a fin de mes o no tener dinero suficiente para que puedan trasplantarle un órgano a tu hija.
El otro punto a favor de esta serie es el tono bromista con el que es narrada la historia. El éxito de Chicas Buenas radica en que la vida de estas tres mujeres tiene tintes cómicos y dramáticos que hacen que quieras pegarte un maratón de sus capítulos, y eso es algo que no deja de suceder en la tercera temporada.
