Lo que dura un ahoramismo

'El soldado de porcelana' es una novela escrita por Mathias Malzieu que consigue captar la mirada de un niño de manera perfecta
el soldado de porcelana

En junio de 1944, Mainou, el protagonista de El soldado de porcelana (Reservoir Books, 2023, con traducción de Robert Juan-Cantavella), de Mathias Malzieu (Montpellier, 1974), es enviado a la región de Lorena. Su madre acaba de fallecer dando a luz y su padre debe ir a luchar al frente, así que lo envía al otro lado de la línea de demarcación con su abuela y sus tíos escondido en un saco de heno. Allí, Mainou intenta evadirse de la segunda guerra mundial a través de la imaginación mientras convive con unos familiares a los que no conoce.

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Esta novela, inspirada en el padre del autor, transcurre desde el 3 de junio de 1944 hasta el 14 de mayo de 1945 en forma de diario del protagonista, que tiene nueve años al inicio de la misma. Durante su estancia en Lorena, Mainou intentará revivir los recuerdos de su familia y sobrevivir al fin de su infancia mientras supera las penurias, la miseria y el miedo. Además, el choque emocional por la pérdida de su madre y de su hermana y la ausencia de su padre le impactan. Así, se dará cuenta de que los fantasmas que más miedo dan y más atormentan no llevan sábanas blancas, sino que van escondidos en nuestra memoria.

Mainou se pregunta si la muerte es para siempre y cuánto dura un «ahoramismo», que es lo que su padre le dijo que tardaría en volver de la guerra y reencontrarse con él. Reconoce ser un niño con la alegría oxidada y la tristeza adormeciendo los nervios. «Me siento como una vela a merced del viento. En cuanto me enciendo, me apago», dice. Para sentir menos tristeza, un personaje le recomienda a Mainou que con la imaginación transforme la realidad, pero que no la abandone. Sin embargo, el protagonista reconoce: «Lo más seguro es que no logre acostumbrarme hasta que también yo haya muerto».

En la casa en la que ahora vive, se muestra un amplio abanico de vidas, todas ellas sufriendo los bombardeos y cada una latiendo a un ritmo diferente, con unos intereses, unas ilusiones y una maleta invisible de traumas a cuestas. Está su abuela, la figura de autoridad, aunque sin ser estricta; la tía, que mantiene una figura de racionalidad según preceptos religiosos, y el tío, que deja rienda suelta a las ilusiones y los sueños. La tía no piensa por sí misma ni explora las cosas más allá, mientras que el tío sí, y dedica tiempo a la poesía y la imaginación para mantenerse cuerdo.

Por encima de todos ellos, para Mainou, están su madre, en el cielo, y su padre, como un soldado de porcelana que no tiene miedo al combate y que lucha pese a recibir tantos golpes y nunca se rompe. La muerte de su madre y la fe religiosa de su tía hacen que Mainou se plantee debates de tema divino como la existencia de Dios, de la que desconfía. En estas páginas, escritas con gran lirismo y belleza, los temas que destacan, sin embargo, son la infancia, la paternidad y la admiración de un hijo hacia sus padres. Es una historia de amor a la madre, a quien Mainou se dirige en su diario, y a su padre, pero sobre todo es un canto a la imaginación y al arte de la escritura para olvidar y sentirse mejor.

Creo que Malzieu consigue captar la mirada de un niño de manera perfecta. Imprime en este libro una escritura de mucha ternura y, pese a las desgracias, también introduce píldoras de humor, porque la mirada limpia e inocente de un niño las guarda incluso en los peores escenarios. Esta es una historia tan triste como bella que se ha convertido en una de mis lecturas favoritas, por los sentimientos que consigue generar en el lector y la sencillez con la que expone los sentimientos más puros y profundos en uno de los contextos históricos más difíciles para la humanidad.

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