Llegar a un teatro siempre es una experiencia emocionante. No es el hábitat normal de un grupo de rock indie. Los teatros los llenan obras, representaciones, musicales, incluso comediantes; pero la energía de un grupo indie es difícil de contener mientras te sientas en un cómoda y roja butaca que el Teatro Alhambra rentaba a la música en esta ocasión.
Siendo sincero, Maga no es un grupo que conociese hasta descubrirlo poco antes de este miércoles, llegué sin alguna expectativa y la sorpresa la sentí ya al sentarme en mi asiento, a parte de una batería al fondo del escenario junto a guitarras y teclados había a la derecha un gran lienzo blanco de 2 metros de alto y a la izquierda 3 sillas en círculo que parecían albergar un pequeño grupo de músicos que aún no había aparecido en el escenario. En ese momento, sonó el anuncio de que eran cinco los minutos que quedaban para que empezase el espectáculo. La tensión y la incertidumbre ante tan extraña disposición sobre las tablas del Teatro Alhambra se palpaba entre los susurros del público.
Cuando el teatro anunció que empezaba el espectáculo, el pequeño grupo de tres vacías sillas se convirtió en un trío de cuerda que entró en escena creando un ambiente que no era el esperado, el roce de las cuerdas de los violines y el violonchelo creaba una melodía sutil y única. Miguel, el vocalista de Maga entraba instantes después y una suave luz acompañaba su aparición. Poco a poco, todos los músicos fueron ocupando sus puestos para terminar el primer tema con todos ellos en escena, salvo una excepción, el batería.
La armonización y el duro trabajo de congeniar la banda de indie-rock con lo clásico de la cuerda se notaba con la primera nota conjunta, preparada para encajar melodía tras melodía, manteniendo una atmósfera de calma que se respiraba durante todo el concierto. Como es vivir esa colisión, sería difícil reproducirlo con unas pocas palabras, incluso lo sería con un video o con una fotografía.
Los minutos pasaban, María Hesse iba llenando a ritmo de Maga el gran lienzo con ilustraciones que gritaban junto al choque de dos mundos, cada pintura daba un pequeño mapa de cada tema en los que la artista acompaña a Maga, para que después fuese donada a una entidad que presta ayuda a los refugiados.
Anni B Sweet llegaba cuando ya el espectáculo estaba avanzado y el público metido en la música dejando atrás todo lo que existiese fuera de esas brillantes butacas rojas. Interpretó Por las tardes en el frío de las tiendas añadiendo otro impulso de creatividad a la que ya se veía en el escenario.
Viviendo esta atmósfera, atrás queda la predecible fantástica interpretación del nuevo disco Salto horizontal junto a sus temas más conocidos de los anteriores trabajos.
El concierto de fin de gira fue impresionante, el público se levantó de sus butacas y fueron varios los minutos en los que el Teatro Alhambra se llenó de aplausos. Te quedan aun 3 oportunidades para disfrutar de Maga, en Sevilla, Barcelona y Madrid.