Mario Casas demuestra su grandeza en la salvaje ‘No Matarás’

'No matarás' es un gran thriller punk encabezado por Mario Casas que relata la degradación de una persona y su descenso a los infiernos.
Fotograma de 'No matarás' / FilmAffinity

David Victori debutó en el mundo de los largometrajes con El pacto, thriller con muy buenas intenciones y una gran atmósfera que no sabe sacar todo su potencial y que se acaba quedando en una cinta que no va más allá. Sin embargo, en este thriller protagonizado por Belén Rueda, Victori planteaba elementos muy interesantes y perturbadores sobre el descenso a los infiernos que acaban adquiriendo forma en No matarás, nueva película del director protagonizada por un sobresaliente Mario Casas al que ya no vale ver como un actor guapo ídolo de las adolescentes.

No matarás se centra en Dani, un buen chico que ha dedicado sus últimos años de vida a cuidar de su padre enfermo. Cuando este fallece, decide retomar su vida. Justo cuando decide emprender un largo viaje, conoce a Mila, una chica inquietante, sensual e inestable que convertirá la noche en la que se conocen en una terrible pesadilla. Las consecuencias de este encuentro llevarán a Dani hasta un punto en el que se planteará cosas que jamás había podido imaginar.

Rodaje de ‘No matarás’ / Filmaffinity

El nuevo trabajo de Victori tras las cámaras es muy asfixiante y no permite al espectador relajarse ni un solo momento. No matarás es una cinta brutal que pretende incomodar y que relata cómo encontrarse en el lugar equivocado y tomar una mala decisión puede provocar la degradación de una persona.

Estamos terminando 2020, y ya va siendo hora de valorar a Mario Casas como se merece. En los últimos años ha experimentado un crecimiento brutal que culmina con su apoteósico papel en un largometraje que supone el descubrimiento de la debutante Milena Smit, que encarna a Mila, la responsable de llevar a Dani (Casas) a los infiernos.

Victori ya experimentó el descenso a los infiernos con El pacto, pero con No matarás lo hace de un modo mucho más impactante, realista y perturbador. Su estética punk está perfectamente conseguida y no renuncia a utilizar todos los recursos visuales posibles. El resultado termina siendo 92 minutos muy salvajes en su mayor parte, con una violencia explícita y una energía a más decibelios de los que nunca podríamos haber imaginado.

Valoración: 4/5

Lo mejor: Ese plano final mirando a camafaque resume todos los sentimientos experimentados por el protagonista con un Mario Casas pletórico

Lo peor: La disrupción tan enorme que se produce entre la primera media hora del filme y el resto del metraje

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