Escrito por Rubén Pareja Ramírez
Desde hace algún tiempo, pienso que en España existió un fenómeno al que aún no se ha dedicado ningún estudio y, posiblemente, ya vaya siendo hora. Quizás dentro de poco, dicho fenómeno goce de algún análisis histórico o similar. Porque ‘Muchachada Nui’ fue mucho más que un programa de humor surrealista y fue eso mismo: un fenómeno con gran repercusión social en el contexto en que aún estábamos, que empezó a marcar las directrices de los hábitos de consumo mediático actuales.
Con los míticos Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla de protagonistas, junto a otros actores más, este programa se emitió en La 2 desde el 2007 hasta el 2010. ‘Muchachada Nui’ tomó el relevo de su antecesor, llamado ‘La hora chanante’, que se emitió del 2002 al 2005 en Paramount Channel. El nombre, al parecer, según explicó Reyes, se debe a una famosa expresión, «ojete nui», que se refiere al picor que se siente en el ojete tras no haberse limpiado alguien bien… El programa, de media hora a la semana, consistía en gags y sketches de humor, a menudo en forma de estupideces. Pero estupideces que, a la vez, eran inteligentes y bien hechas, que es como se tiene que hacer el humor, lo cual resulta de lo más divertido.
Poner un programa fantástico en uno de los canales con mínimo récord de audiencia dificulta mucho que el público conozca su existencia, por lo que, evidentemente, ahí estuvo el problema. Sino, yo quizás habría estado pendiente para disfrutarlo. A pesar de ello, en «Interné», había leído y había visto varios vídeos sobre este espacio.
Foto: elpais.com
Y no vengo a hablar de las lindeces que ahí tenían lugar, como bailes «de mierda» o una cinta VHS charlando con un Spectrum ZX, por ejemplo, sino de algo más profundo, sino sobre el protagonismo que alcanzó este programa precisamente ahí, en Internet. Por primera vez, esto supondría algo a lo que hoy ya estamos totalmente acostumbrados. En el 2007, Internet ya era muy popular entre los españoles, pero la televisión aún tenía su protagonismo, del que ya carece (una amiga no conocía hasta hacía poco el programa de Antena 3, ‘¡Boom!’, que lleva ya casi cuatro años emitiéndose). Youtube estaba en pañales aún: un diseño tosco (aún ni en español) y unos vídeos con una calidad pésima que tardaban la eternidad en cargar.
Sin embargo, el canal de vídeos de Google siempre ha sido el transmisor por excelencia de virales en todo el mundo desde sus orígenes, como el del mítico gatito que tocaba el piano o el niño loco alemán, entre otros. Pues bien. En este terreno cobró protagonismo ‘Muchachada Nui’. Sketches de personajes como Enjuto Mojamuto u otros gags estaban disponibles aquí, para poder verlos cuando y tantas veces como quisiéramos. De este modo, el programa comenzó a ganar más adeptos hasta lograr gran popularidad… ¡en Youtube! Mientras, en La 2, vale, alguna gente más empezaría a seguir el programa cada semana, pero este no cosechaba el mismo éxito que en Internet. La situación se hacía un tanto preocupante.
En aquellos años, la publicidad estaba totalmente centrada en los medios tradicionales y muy poco en Internet, si bien en Youtube aún no teníamos que aguantar anuncios. Esta forma de ver los contenidos gratuitamente debilitaba al programa, que se emitía todos los miércoles a las 22:00, y que hizo que Joaquín Reyes publicase un vídeo en la red dirigido a los fans del mismo. En él, el humorista aseguraba que, si los espectadores no veían también el programa durante su horario de emisión, «les mandaban a la mierda». Por primera vez, pues, un programa tenía mayor acogida en Internet que en la tradicional «caja tonta». Estábamos ante una nueva forma de consumo ante la cual aún en España no se estaba preparado.
‘Muchachada Nui’ era un programa claramente joven y, como tal, tuvo el honor de poner en marcha ese fenómeno llamado «mediamorfosis». Este consiste en que los medios de comunicación tradicionales, al verse amenazados por la llegada de nuevos medios o de nuevos hábitos de consumo, no están condenados a desaparecer, sino que cambian su forma de producir contenidos. A la radio le ocurrió esto en su día, por ejemplo: cuando llegó la televisión, su futuro se veía incierto. Pero, para eso llegó el transistor, con sus múltiples emisoras de FM para varios gustos, y con la posibilidad de escucharla en cualquier lado, frente a los enormes aparatos antiguos. Ahora, con Internet, la radio dispone de nuevas ventajas, como el podcast o la interactividad en directo con los presentadores.
La televisión se ha quedado envejecida, de eso no hay duda. Los niños y los jóvenes ya consumen, desde hace un par de años, más contenidos por Internet que de la TV, ya sea mediante sus PCs, sus tablets o sus móviles (que encima, estos dos últimos permiten conectarlos en la TV y de ver lo que sea ahí, o sea, que hablamos de una especie de nuevo canal). Los videos virales, en especial los que ofrecen los famosos influencers españoles, son los que se llevan el gato al agua, además de las series favoritas en plataformas bajo demanda. Los adultos, en cambio, siguen aún acostumbrados a la tradicional programación en la que, por desgracia, ponen cada vez más tarde los contenidos nocturnos para ganar la guerra de la publicidad, lo que nos fastidia nuestro tiempo de sueño…
Visto el fenómeno que comenzó con ‘Muchachada Nui’ y viendo cómo está ahora mismo el panorama, ¿qué sucederá entonces con la TV tradicional en el futuro? Yo me mostraba apocalíptico hace un par de años. Unas predicciones que leí decían que, en treinta años, la TV tradicional desaparecería y yo aposté por aquello. No. Es demasiado exagerado. Lo que tendrá lugar será algo similar a lo que he comentado antes sobre la radio.
Otra predicción más reciente, y mucho menos exagerada que la anterior, estima que, en solo tres años, el estreno y emisión de series como se hace ahora tendrá que despedirse. En efecto, el negocio de la publicidad es más exacto en Internet que con los audímetros que hay instalados en 9.000 televisores de toda España. Por eso, quizás, en poco tiempo, estos contenidos dejen de pensarse tanto para la emisión en antena y se enfoquen más a la televisión en Internet. Pero esto no supondrá el acabose. Hay que saber aprovechar bien las posibilidades que ofrece este medio de comunicación, tanto para informar como para divertir. Prueba de ello la tienen espacios como ‘Zapeando’, en el que, precisamente, se ofrecen virales en forma de los momentos más destacados de la televisión. O, en TV3, por ejemplo, ‘APM?’ es todo un clásico, desde ¡2004! Los contenidos ingeniosos, pues, aseguran tener gran durabilidad en la tele. La interactividad y el protagonismo del espectador serán los factores clave de la nueva televisión tradicional, entre otros.
Pero, a pesar de todo este rollo, hay espacios geniales cuyo hueco no está en la televisión lineal precisamente, sino en la nueva televisión en línea, como es el caso de ‘Muchachada Nui’. En 2012, Neox anunciaba la continuidad de este programa, que se iba a llamar «Retorno a Lilifor» (al parecer, el nombre viene de «Lili 500», un episodio de «Museo Coconut», que también se emitió en este mismo canal). El espacio acabó emitiéndose en el verano del 2015, y, aunque fueron intensos, hubo pocos episodios. El motivo, quizás el mismo que el de «Muchachada Nui»: tener que aguantar numerosos cortes de publicidad es algo poco atractivo y, por eso, el personal (servidor incluido) prefería verlo en la web de Antena 3. Esto resultaba poco rentable para los productores y, al parecer, Joaquín Reyes tuvo que dar de nuevo el toque al público y todo. Otro motivo es que tampoco se promocionó el programa como era debido, lo que le llevó, tras diez episodios más o menos, a desaparecer.
Entonces creo que queda bien claro que, para conseguir que estos productos tengan mayor éxito, quizás habría que darse cuenta ya de que su sitio está en otras plataformas como Youtube (que ofrecen ingresos por publicidad) o las ya consolidadas de contenidos a la carta. Pero no. Seguimos empecinados en el medio tradicional, que está envejecido y algo desgastado. Hay casos extremos como el de TVE de hace un par de años, en el que trató de recuperar el espíritu de ‘Noche de fiesta’, un popurrí de música, vestidos y «humor» que no tiene cabida hoy en un mundo a la carta, al menos de la casposa forma en la que lo ofrecían. Pero también entran en el saco las emisiones de estos modernos contenidos que, simplemente, se prefieren ver en otro soporte y en el que sí que se pueden obtener auténticos beneficios. Hay, pues, formatos que no tienen cabida en ningún lado, como era el caso de la «Alfombra Roja», y formatos con gran futuro, aunque, no esté en el soporte tradicional. ¿A qué esperamos entonces, visto el panorama actual: a renovarnos (saber aprovecharlo y ver las posibilidades que existen aquí) o a morir?