La mitología y las historias forman parte de la rutina, de cómo construimos y desarrollamos nuestra vida y sus componentes. El cazador de arañas (La Huerta Grande, 2022) es un libro de nueve relatos donde destacan la mitología y el realismo mágico y donde se refleja el imaginario de Sudamérica y sus emblemas, tales como el chamán o los tunjos. En estos textos de ficción también se habla sobre la superstición y sobre cómo todos estos elementos interactúan con el ser humano.
Esta obra de Daniel Steele Rodríguez (Daniel Rodríguez Acero, 1991) se mueve entre la realidad, la ficción y la fantasía. Todo ello se mezcla e impone un destino incierto al ser humano. El libro está dividido en tres partes —Legado, Norte y sur y Origen— y los relatos que la componen evocan la necesidad de contarnos historias, de transmitírnoslas como legado de nuestros antepasados y de recurrir a los mitos para dar respuesta a las preguntas existenciales.
En los relatos de Steele, la naturaleza tiene sus propias leyes y ejerce su magia sobre dos hermanos borrachos que encuentran un cadáver y sobre una mujer que se baña en el río, cual Diana mitológica. La narración imprime una mirada a los orígenes de la tierra, a los tesoros, a las huacas. Hunde las manos en la tierra de antaño y en sus creencias y obtiene el barro original.
En estos relatos hay multitud de desaparecidos y de muertos, así como una atmósfera cargada de misterio. El lector deduce en todo momento que algo está a punto de ocurrir, pero lo que solo ocurre, siempre y sin cesar, es la lluvia, en abundancia, y sus consecuencias. Entre las páginas también resuenan los ecos de las guerrillas, la prohibición, lo ilegal, la obligación del exilio, los dioses, las tribus o el tráfico de drogas.
El cazador de arañas reúne un elenco de personajes que transitan con la vida y sus recuerdos a la espalda. Luego está Carmentea, que admira el telar de otras mujeres que, como la Aracne mitológica, tejen redes. Hay más mitología con otro personaje llamado Aquileo y también en el último relato, que es una odisea donde un Ulises de la época de los romanos viaja desde Oriente próximo hasta la actual Teotihuacán. Asimismo, hay hagiografía con la aparición de santa Catalina y presencia de los kua-aumpei, es decir, los cazadores de arañas del relato que, a su vez, da título al libro.
El autor emplea mucho vocabulario del español de América latina y construye finales abiertos y cargados de tensión con apenas una frase. Así, consigue que el lector se formule teorías sobre lo que pudo ocurrir. Nuestros caminos se forman al recordar, y los de estos personajes se construyen en la necesidad de creer en algo y tener fe. Así, a base de supervivencia, adaptación y religión, los personajes modelan su propia mitología —personal, familiar, cultural— y miran al futuro con los ojos vueltos siempre al pasado.