Según la RAE, «otrora» significa «en otro tiempo, en un tiempo pasado». En Un señor llamado Joseph Hamilton (La Huerta Grande, 2023), Otrora es una ciudad, aquella en la que Laslo Caligari vivió su amor con Myria cincuenta años atrás. En la actualidad, Laslo reposa en una tumbona y decide escribir sus memorias. Da cuerda a los recuerdos, que se deslizan por las páginas de este libro a partir de su narración, poco fiable, para rememorar aquellos días felices.
Esta novela de Patrick Rosas (Lima, 1947) narra tres etapas de la vida de Laslo Caligari, sobre todo la historia de amor que vivió con Myria. Sin embargo, ella no fue ni su primer ni su gran amor. Cita a otras mujeres de su vida, como Ada, pero solo de pasada, pues se centra más en Myria y en describir muchos momentos que vivieron juntos. Con Ada, dice, no llegó a sentir «el apego obsesivo que anulaba en él toda tentación de infidelidad», pero fue feliz más allá de lo que la palabra puede comunicar. El amor que sintió por Myria, ahora muerto, se hace humus, dice. Se convierte en abono que alimenta la imaginación. El amor ya se ha esfumado, pero pervive el recuerdo, que parece no causar dolor y que sirve simplemente como una visita al pasado antes de la inevitable muerte.
Laslo también narra su juventud, su beca para estudiar cine en Polonia y sus viajes por Europa buscando un futuro, encontrando el amor, empezando de cero una y mil veces. Siente el desarraigo y la ausencia de un hogar donde establecerse y donde sentirse como en casa. Esto puede relacionarse con el autor, ya que en la solapa biográfica de la novela se dice que le gusta «asumir su condición de extranjero».
En estas páginas se abordan temas como el paso del tiempo, el amor, la existencia de Dios, el sentido de la vida y el azar. El protagonista contempla cómo el tiempo, los acontecimientos y las emociones modifican lo que narra la memoria. Al final, se pregunta: si hacemos un balance de todo lo vivido, ¿sería positivo y nuestra existencia habría valido la pena? Él reconoce su desconocimiento en torno al amor: no sabemos cómo, cuándo ni por qué viene. Igualmente, reflexiona acerca de la libertad (o lo que llamamos «libertad») y el vacío interior.
Un señor… es una novela sobre el acto de la escritura y el proceso creativo y plantea una reflexión acerca de qué es cierto de todo lo que nos dicta la memoria. Toda realidad es ficción, dice el protagonista, porque aunque sea en pequeña medida tendemos a modificar los recuerdos. Además, lo que una persona rememora no se puede corroborar; por tanto, el acto de escribir las memorias propias es similar al de imaginar una obra de ficción.
Se trata de una novela con reflexiones interesantes, pero construidas en párrafos extensos y saltos en el tiempo constantes. Sin apenas diálogos, la obra por momentos se hace abrupta debido a las descripciones pormenorizadas y la lenta sucesión de su vida. Son frases con muchos incisos entre comas y rayas que hacen que a veces el lector al término de la frase tenga que volver al inicio para ver lo que realmente el narrador quería decir porque en medio ha contado muchas otras cosas. En definitiva, esta es una novela para deleitarse con la exuberante capacidad narrativa —porque no hay acción, solo recuerdos— del autor, que a veces desborda y convierte el libro en abrumador.