Si hay un eje común sobre el que se ha asentado la carrera de Maka, Dellafuente y Morad sin lugar a dudas radicaría en dos sencillas pero complejas palabras: Dios y familia.
Reír, sufrir, llorar, reflexionar y celebrar con los tuyos. Estar presente en sus momentos de gloria, pero también de fracasos y pecados. Pase lo que pase. Porque la familia es eterna. Siempre sustentada y apoyada por el de arriba. La fe es un don que se les concede a quienes continúan a pesar de las múltiples trampas que nos ponen por el camino.
Todos esos sentimientos confluyen en ‘Siempre que amanece’, último sencillo del nuevo álbum de Maka, ‘Bendiciones’. Donde colabora con Dellafuente (su más fiel compañero de viajes) y Morad. El videoclip, producido por la agencia creativa Shoddy y dirigido por Jean Lafleur, nos presenta a un chico con una daga clavada en la espalda, representativa de esos males y venenos que le acechan para pervertirle como ser humano. Convertido en un jinete con casco que surca los desiertos, parte en busca de un futuro mejor. Pero con las marcas de sus pesadillas sujetas a su cuerpo que, con un rastro de sangre seca, nos recuerdan que somos lo que hemos vivido para ser la mejor versión de nosotros mismos.
Este nuevo tema supone la narración de la conversión de nuestro más atormentado ser hacia una nueva esperanza de vida. Los errores y las malas compañías del pasado suponen una experiencia en su plenitud para vislumbrar que no todo es oro lo que reluce en la mente de un individuo hacia la felicidad “Sé que nunca he sío un gran ejemplo y que te hablo sin saber subido al templo”.
El corazón puede ser débil y, a veces, ceder ante esos deseos de perdición. Pero la luz siempre aparece cuando menos te lo esperas. “Cuida de los míos, dale salud. Si están perdíos, dale la luz”.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Y precisamente es lo que destilan Maka, Dellafuente y Morad en este último trabajo en conjunto. La vida nunca acaba porque el reto se renueva cada día. No importan las veces que nos caigamos sino las que nos levantemos. Si la mala suerte es casualidad, la buena fe de las personas no. En eso consiste el juego, en dar sin esperar a recibir nada a cambio. Porque si cuidas a los de tu alrededor, el mundo te lo devolverá por mil tarde o temprano. Y la felicidad, que es el verdadero éxito, aparecerá en tu camino y en el de los tuyos. Sigamos dando amor al prójimo.
Fotografía de portada por @jmzerr
