En el Reino de Teferin hay elfos, magos y tesoros. Eferia I: Log in (Editorial Quaestio, 2020), además del nombre de esta novela de Borja Espejo (Loja, Granada), también es el de un videojuego de realidad virtual. Rodrigo, el protagonista de la historia, se interna en él y vive experiencias sublimes mientras hace misiones y encargos al mismo tiempo que intenta sobrevivir.
La novela, situada en el año 2039, consta de prólogo y epílogo y presenta un videojuego muy realista. Rodrigo —cuyo nombre en el juego es Diavar— debe hacer frente a multitud de aventuras para superar las pruebas, avanzar de nivel y progresar en la historia que le ofrece la realidad virtual.
Los temas de la novela están de rabiosa actualidad. La juventud, la amistad, la soledad y la fantasía se entrelazan en esta novela de imaginación desbordante. A lo largo de sus páginas surgen, como si se tratara de ventanas emergentes, cuadros de texto sobre los logros o notificaciones de Rodrigo mientras está en el juego, como si el propio lector también se encontrara allí. Y es que Espejo ha escrito una novela donde el lector vive la experiencia del juego como el protagonista.
Rodrigo deberá enfrentar sus miedos y explorar nuevos lugares para sobrevivir en un mundo que se le presenta hostil. Pero, al mismo tiempo, ingresa en el juego con el objetivo de desprenderse de la aburrida capa de realidad que le ofrece el mundo exterior. También aparece en la novela el tema de los videojuegos y las mujeres, ya que estos no son solo cosa de hombres. Esta reivindicación se une a la independencia, la avaricia, la lealtad y la búsqueda de libertad que experimenta Rodrigo, así como los conflictos que tiene dentro del juego.
En un videojuego, ¿debería prevalecer la vida de un personaje controlado por la Inteligencia Artificial o la de uno manejado por un ser humano? Quizás la respuesta fuera clara, pero Espejo plantea dilemas morales como este, ya que hay personajes con una capacidad de razonamiento y actuación tan creíbles y humanas que hacen difícil formular una respuesta rápida y segura. La novela también aborda la crítica social por temas como la traición a cambio de poder o dinero, y termina con un final abierto.
En Nostromo Magazine hemos hablado con Borja Espejo sobre videojuegos, realidad virtual y su novela, y este ha sido el resultado:
¿Te inspiraste en algún videojuego para escribir esta novela?
En muchos, realmente. Black Desert Online quizás es el más parecido a la idea de Eferia tal y como la describo.
¿Cuánto tiene Rodrigo, el protagonista, de ti?
Tiene bastante. Sobre todo, en la forma en que cojo un videojuego nuevo y no existe nada más. En ese sentido, nos parecemos mucho. También cuando desarrolla su forma de juego. Es lo que a mí me gustaría hacer si tuviera esa posibilidad.
Este libro es el primero de una saga. ¿Será una trilogía?
Es una trilogía, en principio. Tengo intención de hacer tres libros y cerrar esa historia. Dependiendo de lo que diga el futuro pues decido ampliarla o no, pero la historia quedará cerrada en tres volúmenes.
¿Qué se encontrará el lector en la siguiente entrega de la saga?
Un poco más de la vida de Rodrigo y menos de la de Diavar, y el avance de Diavar fuera del Reino de Teferin.
¿De dónde surgen los nombres de Eferia, Teferin y Diavar? ¿Tienen alguna simbología o son pura invención?
El único que lleva simbología clara es Diavar. Como el personaje se llama Rodrigo, Diavar viene de su tocayo más ilustre, el Cid, Rodrigo Díaz de Vivar. El nombre es el principio de Díaz y el final de Vivar, por eso Diavar. Con respecto a los demás nombres, la mayoría me surgen sobre la marcha. Voy pensando en cosas que van sonando bien y que se parezcan a algo. No es tanto una meditación profunda del nombre.
El proceso de escritura requirió una gran imaginación porque todo lo que Rodrigo vive, las ventanas de notificaciones que le surgen… has tenido que trabajar mucho en tu mente, ¿no?
Claro. Hay otra referencia literaria que yo había leído antes y que hace algo parecido, que es El legendario escultor de luz lunar, una novela coreana. El enfoque que le da al tema de la novela y las motivaciones de los protagonistas no tienen nada que ver, pero lo de los cuadros de texto me surgió allí. La novela está hecha en un formato web, pero vi que eso añadía mucha sensación de juego.
¿Crees que el género de la fantasía está estigmatizado y que hay quien habla de él como literatura menor?
Está estigmatizado más que considerarse literatura menor. Una persona que lee fantasía se le tacha de algo, se le pone el estigma que se le quiera poner: el de friki, el de asocial… Hay varios estigmas. Sin embargo, cuando esa novela termina triunfando, véase el caso de Canción de hielo y fuego, de George R. R. Martin. Cuando se ha convertido en la serie Juego de Tronos, todo el mundo alaba a aquel que lo descubrió antes de que fuera popular. La realidad es que, en la fantasía, había pocos que no conocieran Canción de hielo y fuego. Ese estigma está ahí, pero la propia sociedad lo rechaza. Conforme pasen los años ese estigma irá disminuyendo, igual que pasó hace treinta años con el estigma de los videojuegos.
¿La sociedad individualizada conducirá a la gente a refugiarse en el mundo digital, por ejemplo en los juegos de realidad virtual?
Creo que sí. El conjunto de las cosas que se están dando ahora mismo por la pandemia es uno de los factores que produce más aislamiento personal, así como el aumento de las tecnologías, que van a permitir que cada vez sea más inmersivo. Al fin y al cabo es de lo que va Eferia. Esa inmersión creo que se irá dando. No a un nivel tan exagerado, pero sí quizás a una dualidad de un mundo virtual a un mundo real. Sí que habrá personas conviviendo en los dos avatares a la vez.
Rodrigo parece jugar para llenar su vida de estímulos que la realidad es incapaz de ofrecerle. ¿Es así?
En parte, sí. Más que estímulos, yo diría que son retos que la realidad no le ofrece.
¿Qué pueden aportar los videojuegos de realidad virtual al ser humano?
Eso depende mucho del videojuego en sí. Un videojuego inmersivo de realidad virtual gana en ejercicio físico al resto de videojuegos, ya que tanto en cuerpo como en alma estás dentro, tu cuerpo también se mueve. La realidad virtual cansa. La gente deja de jugar porque su cuerpo no puede, no porque no quieran. Eso es un avance.
Otra cosa que puede aportar es la realidad dentro del entorno. En medicina se está empezando a hacer. Las técnicas de imagen, las cosas que se quieren mostrar en una imagen, permiten una visualización en 3D mucho más avanzada. Estás dentro de una realidad que puedes manipular, mejor que si lo ves en una pantalla. La sensación de 3D se está aplicando en algunos campos de la radiología. Además de las posibilidades que puede haber a nivel de la historia del arte, de la historia, de la física… Los modelos 3D avanzarán muchísimo porque ya no es una cuestión de plástico, sino de imaginación y diseño. Es más fácil diseñar algo virtual que a nivel físico.
¿La Inteligencia Artificial sustituirá muchas acciones que los humanos han hecho hasta ahora? Por ejemplo, acabas de hablar de historia del arte. ¿Pintarán cuadros, escribirán libros?
Podría llegar a darse el caso, pero creo que eso está en un futuro bastante más lejano. A nivel más cercano, ya hay inteligencias artificiales que son mejores que el mejor jugador del videojuego. Por ejemplo, Starcraft tiene una inteligencia artificial que le gana al mejor jugador de Starcraft. Los procesos complejos irán sustituyéndose por inteligencias artificiales.
Por último, Espejo nos recomienda dos novelas. Además de El legendario escultor de luz lunar, de Heesung Nam, también recomienda El nombre del viento, de Patrick Rothfuss. Ese fue el libro que le hizo dar el salto de lector a escritor y es «la mejor novela» que ha leído. Además, para potenciar la literatura fantástica nacional, Espejo recomienda Crónicas de Arkatos, de Daniel Vega, que, según nos dice, es una historia trepidante e interesante.