Crítica de Bright, lo último de Will Smith

Escrito por Óscar García Corona

Imagino que muchos de vosotros os habréis preguntado alguna vez cómo sería la actualidad mezclada con la fantasía medieval. Sin lugar a duda, esta película es la respuesta.

Producida por Netflix, Bright nos sumerge en un mundo en el que las criaturas fantásticas conviven con los humanos, y en el que la policía tiene un departamento especial dedicado a crímenes que involucran magia. Un policía humano (Will Smith) se ve obligado a trabajar con un orco (Joel Edgerton), el primero en entrar en el cuerpo de policía. En una de sus investigaciones, esta peculiar pareja de policías descubrirá un peligroso objeto por el que muchos matarían: una varita mágica que es capaz de conceder deseos, pero también es considerada un arma asesina. Los dos protagonistas se verán entonces envueltos en una guerra territorial.

La cinta está dirigida por David Ayer, quien estuvo al cargo en 2016 de Escuadrón Suicida y, de hecho, en esta película repite casting Jay Hernandez y Ike Barinholtz. Lo primero que tengo que decir es que se nota mucho la influencia del cineasta ya que tiene elementos que lo caracterizan y de películas suyas anteriores como Dueños de la calle y Training Day por lo que el cometido de la obra es criticar aspectos de la sociedad de hoy día tales como la corrupción y el racismo que, por desgracia, siguen estando vigentes.

A mi sorpresa, la película, visualmente hablando luce bastante bien. Se nota que ha contado con un gran presupuesto y que podría competir con los blockbusters de Hollywood, lo que supone un punto de partida para Netflix en sus producciones cinematográficas.

Por otro lado, cabe destacar que narrativamente es bastante decente, ya que en ningún momento hace que te despegues de la pantalla, pero hay que admitir que hay planteamientos que no están bien desarrollados como los secundarios y villanos, a los cuales necesitaban más personalidad y trasfondo. En cambio, la relación entre Smith y Edgerton resulta bastante creíble, llegando incluso a empatizar con el orco.

En definitiva, Netflix nos trae una apuesta arriesgada, teniendo en cuenta su habitual contenido, que se puede condensar en un título decente donde combina elementos que nadie había hecho anteriormente, pero a su vez, habría que mirar si este camino sería el adecuado. Asimismo, Ayer hace lo que mejor sabe hacer, «contar historias de la calle».

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