‘Élite’ no innova con su tercera temporada, pero sigue siendo igual de adictiva

Aunque la tercera temporada nos sigue ofreciendo más de lo mismo, consigue que sigamos disfrutando con ella igual que siempre.

Desde su primera temporada, Élite se convirtió en todo un fenómeno para adolescentes. No cuenta nada nuevo y sus giros de guion son cuestionables pero su relato adictivo y sus constantes recursos para no dejar de sorprender la convierten en la serie española más adictiva que hay actualmente en antena. Si su primera temporada fue notable, la segunda superó totalmente las expectativas, regalando una delicia capítulo a capítulo. La tercera tanda de episodios, que se estrenó el pasado 13 de marzo en Netflix, repite fórmula y, aunque no consigue ser igual de sorprendente, sigue siendo disfrutable a más no poder.

Esta tercera temporada cierra una etapa en la serie, ya que la ficción contará con nuevos personajes en la siguiente tanda de episodios, aunque algunos se quedan en casa. Realmente, Élite ha estirado todo lo posible su chicle (probablemente incluso se haya pasado) y alargarlo más hubiese sido un error imperdonable que una serie con tanto ritmo no se puede permitir bajo ningún concepto.

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Uno de los aspectos más interesantes de estos nuevos capítulos es poder ver una gran evolución en el personaje de Carla. Poder verla debilitada y frágil es toda una ventaja para su actriz Ester Expósito, que tiene la posibilidad de ampliar su rango dramático y demostrar que es, de lejos, la estrella de Élite.

La nueva temporada de Élite tiene un eje central , que es la muerte de Polo, tal y como se avanzaba en los trailers. La serie calca la estructura de las dos tandas anteriores de capítulos al saltar adelante y atrás en el tiempo para así intentar averiguar quién ha terminado con la vida del personaje interpretado por Álvaro Rico. Como ya nos tienen acostumbrados Carlos Montero y Darío Madrona con sus guiones, todos parecen que son sospechosos, sabiendo mantener este juego de suspense durante todo momento.

No obstante, estos nuevos episodios también cuentan con muchas subtramas, como es la rivalidad entre Nadia y Lu, la enfermedad de Ander, un Valerio que parece estar pagando por sus excesos, o un trío inesperado formado por Valerio, Polo y Cayetana. Al igual que ocurrió en su anterior temporada, nuevos personajes se incorporan a Las Encinas, concretamente Malik (interpretado por Leïti Sène) y Yeray (al que da vida Sergio Momo). Sin embargo, a diferencia de los del año pasado, estos no poseen tanto carisma ni su trama es igual de relevante. Los veteranos cuentan con una descomunal fuerza que es bastante difícil de superar, tal y como se ha demostrado en estos ocho capítulos.

Un conjunto que, aunque no es tan brillante como la segunda parte, sigue logrando que nos riamos a carcajada limpia con sus diálogos y que nos quedemos absolutamente estupefactos con su final, aunque repita el mismo patrón de la primera temporada. Ahora solo queda esperar lo que la siguiente generación de Las Encinas tiene para ofrecernos, aunque por suerte algunos seguirán estando presentes gracias a las genialidades de su guion. ¿Engancharán los nuevos de la misma forma? Esperamos que no se marquen un Glee 2.0.

Valoración: 3,5/5

Lo mejor: Su capacidad para que no sepamos en ningún momento lo que va a pasar y que nos deje anonadados

Lo peor: Que esos giros de guion sean un tanto cuestionables y pongan en duda su calidad. Los nuevos personajes aportan muy poco a la trama

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