Emilio Ballesteros y Marijose Muñoz: “El amor es lo más importante”

Hablamos con Emilio Ballesteros y Marijose Muñoz sobre su poemario de gran presencia mitológica 'El Minotauro y la Luz: Fuego en la niebla'
Emilio Ballesteros y Marijose Muñoz
Emilio Ballesteros y Marijose Muñoz

Sin hilos ni Ariadnas, Emilio Ballesteros (Granada, 1956) y Marijose Muñoz (Granada, 1972) han tejido un poemario de gran presencia mitológica. El Minotauro y la Luz: Fuego en la niebla (Editorial Quaestio, 2021) rompe métricas y convierte al monstruo de Creta en el protagonista de unos versos cargados de sensualidad y preguntas.

Los poemas navegan a través de la fragilidad emocional de un Minotauro a priori feroz y aterrador. Entre los versos, el lector advierte anhelos de amor y voluntad de olvido. Me han recordado a los poemas de amor de antaño, a aquellos casi medievales, por la forma mágica y lírica con que hablan del amor, además de la búsqueda del amado («oh amado mío» y «oh bella dama blanca», se dicen).

El Minotauro y la Luz invoca el amor como lo más deseado y defiende que cada cual sea dueño de su vida. Mezcla elementos de la naturaleza como la luna, la lluvia, la naturaleza y volcanes en erupción. Esa luz del título debe salvar al Minotauro del laberinto y conducirlo hacia el amor. En estas páginas volvemos a la historia de la Bella y la Bestia. ¿Quién es el monstruo? ¿Bestia o Gastón? ¿El Minotauro o la soledad que lo encierra, oprime y maltrata? En definitiva, este es un poemario que canta a la vida y que deja al lector palpitando de emociones.

Ballesteros, según nos cuenta, ya ha publicado «una decena de libros de poesía, un par de novelas y algún ensayo». Por su parte, Marijose, aunque se dedica a la pintura, también escribe y está trabajando en un proyecto en el convento de las Carmelitas Calzadas de Granada. Esas jornadas artísticas, que se celebrarán en noviembre, fusionan la pintura con la poesía. Además, trabajará en las Jornadas por la Paz, que también tendrán lugar en noviembre. En ellas, Muñoz, Ballesteros y otros artistas pintarán lo que les traslada la paz del alma a través del pincel o la pluma. Finalmente, Marijose Muñoz nos habla de otro ilusionante proyecto que está preparando junto a su grupo Zaefarán (que significa azafrán en árabe). Este evento, llamado Lorca en la voz, consistirá en teatralizar algunos poemas del genio granadino con la colaboración de un cantaor, una bailaora y varias guitarras y voces poéticas.

El Minotauro y la Luz -Fuego en la niebla - Editorial Quaestio
Portada ‘El Minotauro y la Luz. Fuego en la niebla’

En Nostromo Magazine hemos charlado con Emilio Ballesteros y Marijose Muñoz por separado con algunas líneas comunes pero que han dado mucho de sí. Este ha sido el resultado:

¿Cómo surgió tu interés en escribir poesía?

Marijose: Soy pintora de profesión y las artes siempre están muy relacionadas entre sí. Escribo desde que era pequeña, pero siempre lo he hecho en forma de diario. En realidad, lo que escribo es prosa poética. La he desarrollado porque me define mejor y me encuentro más cómoda en ella, aunque también he hecho también algunos poemas con métrica.

Emilio: Empecé a escribir poesía y cuentos a la vez casi desde que sé escribir. En mí es una necesidad, algo instintivo. Es una forma de expresión de una persona bastante introvertida y solitaria. Incluso en la escuela tuve problemas de adaptación y eso me ayudó. El papel me ayudó a conocer a más gente. Fue casi como una terapia.

¿Por qué decidisteis escribir un poemario a cuatro manos?

M: Emilio me llamó y me preguntó si quería ilustrarlo con algunas imágenes del Minotauro. Al enviármelo para que yo me inspirase, lo leí y me gustó muchísimo. El poemario tenía trece poemas, era corto pero muy intenso. Me gustó tanto que le pregunté: «¿por qué no hago yo también unos poemas en contestación a los tuyos?». Le envié algunos de ellos, le gustaron y así surgió. Cada uno ha hecho trece poemas, así que el poemario tiene veintiséis.

E: Yo había escrito este poemario solo inspirándome en el mito del Minotauro, aunque con una versión particular, porque no venía del mito del cruce de la esposa de Minos con el toro. Quería expresar una experiencia de metamorfosis de una persona decepcionada del mundo que se aislaba, se subía a la montaña hasta el punto de que sufría esa especie de transformación al convertirse en un monstruo semisalvaje. Se alejaba de las mediocridades materialistas y de los intereses, pero a costa de una soledad muy grande.

Yo lo había escrito y tenía intención de adornarlo con alguna ilustración, y se lo propuse a Marijose, que es pintora fundamentalmente aunque también escribe. Le gustó tanto que me dijo: «¿Qué te parece que yo responda a tus poemas con otros?». Entonces surgió el poemario a cuatro manos, después de que yo lo hubiera escrito solo.

¿Cómo ves el panorama de la poesía actualmente en España?

M: Hay muy buena cantera. También está muy desvirtuada porque hoy en día cualquiera que escriba un verso se llama «poeta» a sí mismo. Le tengo mucho respeto a esa palabra porque, cuando has leído a los grandes, es muy difícil identificarte con esa palabra. No es falsa humildad, sino que es difícil sentir esa palabra tan grande. Hoy en día la juventud escribe muy bien, hay mucha gente interesada en la lectura. En contra de lo que piensan otros sobre que la tecnología está desvirtuando todo, pienso que la poesía no va a morir nunca y le va a ir cada vez mejor.

¿Cómo surgió la idea de basar el poemario en la figura del Minotauro?

M: Era algo que él [Emilio] tenía en mente, que hablara del poco valor que se le da a los sentimientos profundos. El libro está inspirado en los valores, en la intensidad del amor y en la necesidad de los sentimientos más puros, cómo hoy en día se está perdiendo todo eso. El Minotauro tenía la necesidad de irse a la montaña, desaparecer por esta falta de valores y amor. En su búsqueda del amor, una vez que ya está retirado, la Luz se volvió amor, que es el papel que yo hago.

E: Para mí, el Minotauro es mitad humano y mitad salvaje o mitad bestia. Eso me sirvió de inspiración para explicar esa contradicción entre alejarte de las convenciones, de lo materialista, de la mediocridad de la sociedad vulgar, pero encontrarte en una soledad que puede llegar a ser agobiante. Me sirvió porque este mito me viene muy bien para eso. El proceso que sufre luego el Minotauro es que quiere volver a ser humano, y lo que necesita es el amor porque está falto de eso. El poema desarrolla la búsqueda del amor.

El poema La historia del Minotauro habla de una «máquina infernal» construida con la envidia y la soberbia del ser humano. ¿Crees que vivimos en una máquina infernal como esa?

M: En contra de lo que piensan algunos compañeros míos que también son escritores, tengo ese trasfondo de esperanza, todavía creo en el ser humano. A pesar de lo que ve uno cada día, pienso que todo el mundo es bueno hasta que se demuestre lo contrario. Siempre abogo por el corazón de los demás.

E: El mundo es muy contradictorio. A menudo, la sociedad que construimos los seres humanos es así. Veo que en las relaciones sociales, sobre todo en momentos tan materialistas como el actual, lo que prima es hacerse rico, poseer, tener poder sobre los demás… Todo eso lleva también a la envidia porque ¿cuándo eres más poderoso? Cuando tienes más que los demás. Siempre hay alguien que te sirve para sentirte mal porque tiene más que tú. La máquina infernal de la que hablo es el mundo en su aspecto más deshumanizado, más materialista y más destructivo.

Más destructivo con los propios humanos incluso

E: Claro. Fundamentalmente es contra los seres humanos. Somos los humanos los que nos metemos en esos enredos, empezamos a enfangarlo todo y al final nos ahoga. Son relaciones en las que prima subir a costa de los demás, tener poder a costa de pisotear a otros. Y lo que nos queda es ansiedad, agobio, envidia, dolor… No un dolor que te ayude, sino uno destructivo que no lleva a nada.

¿El amor es lo más importante para el ser humano?

M: No sé si la salud o el amor, pero creo que incluso con amor la salud va mejor. Cuando falla la salud falla todo, pero el amor es lo mejor del mundo. El amor es lo más importante y nos estamos olvidando de lo que realmente importa.

E: El amor es el motor que nos permite ser seres humanos. Es la solución para todo y en el fondo es lo que nos ayuda a vivir, a pesar de ese dolor (y dolor destructivo) siempre hay un anhelo. Hasta en el peor de los seres humanos en el fondo late algo de anhelo de entregarse, de liberarse. El amor es la solución y la energía que puede hacerlo viable. El amor en todas sus facetas, no solo el de una pareja, sino también la amistad, el compañerismo, el familiar… Toda la energía amorosa es la que nos ayuda a entregarnos, a liberarnos y a ser seres humanos más felices.

La salud y el amor se retroalimentan, ¿no?

M: Cuando la salud falta, si tienes amor, lo llevas mejor.

Al Minotauro, esa figura inadaptada que desea convertirse en humano, también le falta el amor por lo que se ve en los poemas

E: Claro, el poemario desarrolla la búsqueda del amor. Igual que se ha convertido en el Minotauro, en el ser que ha huido de todas esas miserias, pero se ve en una soledad que le tortura. La manera de vencerla es la búsqueda del amor.

Por último, ambos nos recomiendan libros que les han gustado. A Emilio le impactó bastante Los heraldos negros, de César Vallejo, que «sacude pero es muy intenso». También le gusta Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, y los Sonetos, de Quevedo. En cuanto a novela, recomienda Opiniones de un payaso, de Heinrich Böll, y Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente Ballester (le gustó mucho la serie, pero le ha gustado más el libro ahora que lo ha leído). Otra novela, Johnny cogió su fusil, de Dalton Trumbo, le dejó una resaca de varias semanas porque le rompió esquemas, y por último nos habla del libro Las enseñanzas de Don Juan, del antropólogo Carlos Castaneda.

A Marijose le han gustado las Obras completas de Federico García Lorca, las de Pablo Neruda, las de Antonio Machado y las de Jorge Luis Borges. En cuanto a novela, la pintora granadina destaca El tiempo entre costuras, de María Dueñas, pero reconoce que lee más poesía y piensa que todo el mundo debería leer a Machado y a Lorca.

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