Itu me recibe a través de la pantalla, nos introducimos en Polemo Shop y descubrimos su esencia. Me pregunta si puede grabar para TikTok. Veo cómo la cercanía a sus clientes construye una de las bases de su universo. Apasionados de la moda y del streetwear, consiguen transmitir desde su tienda, en pleno corazón de Madrid, el concepto que han establecido desde el inicio. Polemo es uno de los gajos (aunque el dibujo de su pomelo entero sea característico) del streetwear español.
En 2017, Polemo Shop nacía cuando el streetwear comenzaba a crecer. Después de 5 años, se asienta ya como productora de tendencias. Su fundador (@itu_kills en Instagram) conserva el mantra y la meta: “crear valor y crear cultura” dentro de este mundo.
Se definen como defensores de la pureza y la autenticidad y deciden apoyar a aquellas marcas que hacen lo que hacen porque verdaderamente les gusta. Conscientes de que ahora mismo la etiqueta de streetwear vende y cualquiera intenta adjudicársela, reivindican “exclusividad, calidad y diseño frente al fast-fashion.”
Tanto en tienda como en su página web, ofrecen una selección de prendas, marcas y productos que satisfagan las necesidades de un perfil de usuario que quiera gastarse un poquito más sin llegar a marcas de lujo. Amantes del streetwear, bienvenidos. Aficionados, también.
Los consumidores también han ido evolucionando. Itu observa que el gran logo, el “mira que marca llevo, que caros son mis sneakers” ya no convence. Arrasan las prendas que constituyen un look con personalidad y se valora la importancia de las caídas, la originalidad… Una apuesta por algo que te haga sentir único y que te mole de verdad. Podemos intuir que la corriente del hype y la figura del hypebeast se ha transformado. Una corriente que tenía como rasgo distintivo la adquisición de prendas de marcas reconocidas por su alto precio pierde fuerza. La cara visible de Polemo lo manifiesta: la gente ya se ha dado cuenta que lo que importa no es lo que valgan tus zapatillas si después vas con unos pantalones feísimos y una sudadera que parece un adefesio. Ya no se premia tanto la marca, sino la calidad.
Comprar menos pero comprar bien es un argumento que no falla en cómo entienden la moda desde Polemo. No creen en la inmediatez de la ropa y aconsejan decantarse por aquellas prendas que dentro de cinco años te sigas poniendo, que te siga quedando guay y que no tenga todo el mundo. Además, no conciben los límites y optan por sudaderas de alto gramaje, chaquetas puffer y pantalones anchos en versión unisex con diferentes tallas disponibles.
En Polemo conocen las necesidades y afirman que el trato al cliente es casi tan importante como la selección de ropa: “además de darle soluciones, intentamos que pasen un buen rato en tienda.” La importancia de este contacto y la experiencia inmersiva que venden, hace que de momento no se decanten por abrir nuevos locales. “Nos gusta mantener la tienda como algo especial porque Polemo son las personas que trabajan aquí, es venir y encontrarte al perro, son muchas cosas. Cuando lo intentas replicar, intentas hacer una cadena, ya va a perder la magia”. Una declaración de intenciones acompañada de una invitación a visitarlos desde cualquier lugar del mundo. Aún así, no dudan en mostrar qué hay detrás de sus puertas a través de las redes sociales. Una ventana a su estética: Instagram, una actualización de tendencias: el canal de Youtube (Polemo TV) y diversión, energía y creatividad: TikTok.
Polemo Shop forma parte del escenario del streetwear español, que alimenta a través de Pop-ups de diferentes marcas y colaboraciones (Recycled J, 6ixt4our, Karont o WANF) y consolida participando en eventos como el ScrapWorld. Una oportunidad, aseguran, para poder reunirse y que impulsa a todos tanto a nivel nacional como internacional. La resaca del ScrapWorld les dejó muy buen sabor de boca este 2022: “Muchos polemitas (así les llama Itu) se acercaron a darnos amor”.
Más allá de las ventas y de la imagen, en Polemo tienen muy claro que quieren seguir creciendo en ilusión. Le pido a su fundador que, a modo de conclusión, me diga cómo quiere verse en un futuro, es sincero: “pues ya veremos lo que hacemos, pero ahora mismo lo que nos apetece es disfrutar y seguir haciendo lo que nos gusta”. En presente, no podría acabar mejor.