Cuando canta el búho (Trotalibros Editorial, 2024, con traducción al castellano de Patricia Antón de Vez) fue la primera novela de Janet Frame (1924-2004), publicada originalmente en 1957. Frame, cuya madre fue sirvienta de la familia de la escritora Katherine Mansfield, la escribió tras su paso por varios centros psiquiátricos, más de doscientas sesiones de electroshock, un intento de suicidio y tras librarse de una lobotomía cerebral. Esta novela presenta a una familia humilde que permanece unida y que está formada por un matrimonio y sus cuatro hijos. Sin embargo, una tempestad arrasa con todo y, en la segunda parte del libro, veinte años después, se desmembra: el padre fallece, al igual que una de las hijas, mientras que otra, Teresa, se marcha al norte y otra, Daphne Withers, ingresa en un manicomio.
Daphne escribe sobre la historia familiar mientras Toby, el último de los hermanos, es quien permanece aún en el hogar, junto a su madre, aunque con anhelos de huir de allí. Cuando eran niños, los cuatro hermanos se entretenían buscando tesoros en la chatarra y aprendían del mundo a partir de cuentos de hadas mientras convivían con su abuela, que tenía ambas piernas amputadas. Desde niño, Toby sufría epilepsia y se sentía inadaptado en el colegio, además de entender poco la vida de los adultos y su comportamiento. Toby quiere escapar de ese pueblo que Teresa define como «muerto, donde nadie sonríe y las señoras mayores te critican si llevas una camiseta de tirantes o un bikini». Quiere irse, montar un negocio y ser rico, aunque reconoce que ya es demasiado tarde.
Toby se siente solo, y lo peor es que no tiene a nadie a quien contarle sus cuitas. Piensa en el exterior, lo que agudiza sus ganas de marcharse. Sin embargo, los viajes de Toby no son solo físicos, sino también al pasado, aunque su madre le dice que el pasado y el futuro son lo mismo. Por su parte, su hermana Teresa tiene miedo de volver al lugar de su infancia, igual que su padre. Además, a Teresa le asalta la angustia por el inexorable paso del tiempo y tiene la impresión, según reconoce, de que no ha hecho nada, aunque tampoco sabría decir qué debería hacer, solo que el tiempo pasa y no lleva a ninguna parte. ¿De qué sirve todo si el tiempo y la muerte arrasan con ello?, se preguntan, sin obtener respuesta.
Cuando canta el búho está basado en la experiencia psiquiátrica de la autora, que se refleja en el personaje de Daphne. La narración de la historia es críptica y simbólica, envuelve e introduce al lector en una especie de fantasía o de laberinto donde no sabe muy bien cómo ha llegado y de donde le costará salir. Además, tiene una curiosa forma de escribir, sin usar los dos puntos para introducir los diálogos, empezando algunas frases por minúscula o rompiendo oraciones para ponerlas un párrafo abajo, algo que podría corresponderse con el estado mental, quebrado o errabundo, de quien narra.
Esta historia melancólica trata temas como la familia, el dolor, la soledad y la fe, algo que la madre dice a los hijos que deben tener. La fe se erige como aquello que no puede verse pero está en alguna parte para ayudar. Asimismo, en el personaje de Teresa se aprecia una crítica a las ínfulas y apariencias de burguesía e intelectualidad. «Hay demasiadas guerras y todo gira en torno al dinero y a pagar cuentas y a abrirte tu camino en el mundo», se dice. El dinero es un personaje más de esta novela, ya que marca el destino de la familia, sobre todo de Toby, a quien se define así: «Es tacaño con el dinero, está casado con el dinero, con los peniques sueltos y las monedas de tres y de seis, y los billetes de libras que lleva encima y se ciñe como un abrigo para mantenerse caliente cuando hace frío fuera; lo daría todo menos su dinero». Sin embargo, ni siquiera el dinero volverá a llenar, como se dice, la casa vacía cuando llegue la Navidad.