Mike Flanagan, director de la serie ‘La Maldición de Bly Manor’, no lo tenía nada fácil con esta segunda entrega, pues las expectativas tras la creación anterior de ‘La Maldición de Hill House’ eran muy altas. Y, aunque no consigue crear esa sensación de miedo como sí hace en Hill House, se podría decir que opta por otro tipo de terror que sigue enganchando bastante.
La serie, que se estrenó en Netflix el pasado nueve de octubre, cuenta la historia de Dani Clayton. Se trata de una joven au pair estadounidense que en los años ochenta huye a Londres para alejarse de un pasado angustioso y cuidar a dos niños huérfanos (Flora y Miles) en una antigua mansión, donde conviven con la ama de llaves.
Desde el primer momento que Dani aterriza en esa casa se hace evidente que algo no va bien. La actitud de Miles no es acorde a la de un niño de diez años y la de Flora resulta también muy sospechosa. Aunque claro, si se tiene en cuenta que perdieron a sus padres hace poco tiempo y que después de eso sufrieron la pérdida de su anterior niñera, lo raro sería que tuviesen una actitud normal.
Durante la visualización de ‘La Maldición de Bly Manor’ hay momentos en los que nos preguntamos qué estamos viendo, ya que nada parece tener sentido. Sin embargo, el director explica con mucho detalle y mimo a cada personaje y la relación existente entre ellos y al final consigue que todas aquellas dudas que teníamos a mitad de la serie queden perfectamente resueltas.
Flanagan proporciona con cuentagotas los momentos de terror (en el sentido sensorial de la palabra) y estos se acumulan sobre todo en los primeros episodios. Como se dice las comparaciones son odiosas, por eso no creo que su antecesora sea mejor que Bly Manor, simplemente diría que son diferentes. El director no ha recurrido al mismo tipo de terror en ambas y por lo tanto, el resultado es distinto.
Si quieres entender ‘La Maldición de Bly Manor’ no te conviene perder de vista ni un solo detalle. De hecho, al final de esta serie se dice algo clave que a mi parecer debe ser destacado porque da significado a lo que quiere transmitir el director y es lo siguiente: “Has dicho que era una historia de fantasmas, y no lo es, es de amor”.