Recién acabada la Semana Santa y justo antes de unas elecciones generales, solo los Monty Python podrían haber escrito un guion en que su famosa película ‘La Vida de Brian’ cumple 40 años y se vuelve a estrenar en los cines de toda Europa. Y es que la obra cumbre del grupo cómico cumple su cuarta década de historia, desde que se estrenara en el Reino Unido en 1979, y lo hace tan actual como siempre.
Y por si acaso queda algún jovencito sacrílego que no ha visto ‘La Vida de Brian’ ni conoce a sus creadores, pongamos un poco de contexto. Los Monty Python fueron un grupo de estudiantes de Oxford y Cambridge que se conocieron en distintos grupos de teatro de las universidades, y que pronto destacaron por su humor inteligente y satírico, mal llamado “absurdo” en España, en un programa semanal de sketches en la BBC llamado ‘Monty Python’s Flying Circus’ (1969-1974), con gran éxito y reconocimiento internacional. El grupo estaba compuesto por seis integrantes: Graham Chapman, Michael Palin, John Cleese, Eric Idle, Terry Gilliam y Terry Jones.
Lo que les destacaba como grupo era su libertad creativa, ya que ellos mismos se escribían sus sketches e historias, actuaban como único elenco y se dirigían (trabajo compartido entre ambos Terrys) ellos mismos.
Así, decidieron dar al paso al cine, empezando por películas que suponían una concatenación de sketches en torno a una idea original, pero que no terminaban de funcionar como largometrajes, y sobre todo han perdido vigencia con el paso de los años. A pesar de ello, tras su primera ‘And Now for Something Completely Different’ (en España fusilada como “Se armó la gorda”) en 1971, es de destacar el primer largo que funcionó: Monty Python and the Holy Grail (de nuevo fusilada como “Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores”) en 1975, una cinta que parodiaba a la epopeya de fantasía de culto de la cultura británica, como es la leyenda artúrica.
Así, llegamos a 1979 y se estrena la película sobre la que hemos venido a hablar: ‘Monty Python’s Life of Brian’(o Life of Brian a secas. Esta vez sí, el título se tradujo tal cual en España: “La Vida de Brian”). Esta vez con Terry Jones como único director, y Terry Gilliam en la función de dirección artística, el grupo al completo elaboró el guion y se repartieron más de 40 personajes del elenco entre sí. Y funcionó. Y tanto que si funcionó. La historia versa sobre Brian, un niño nacido en Judea la misma noche que lo hizo Jesucristo en un portal vecino, que de adulto llevará una vida paralela (o, mejor dicho, paródica) a la de Cristo, siendo confundido con un mesías y pasando por una serie de peripecias en su militancia contra los romanos, para acabar crucificado como el mesías del cristianismo.
Éxito desde su estreno en el Reino Unido, fue prohibida en países como Irlanda o Noruega (lo que permitía a las salas de Suecia venderla como «tan divertida que la han prohibido en Noruega«), además de censurada en algunas regiones concretas, o saboteada por grupos religiosos en parte de Europa y Estados Unidos, donde también fue un éxito. En España, llegó en 1980 en versión original subtitulada y clasificada para mayores de 18, destinada a cines de culto de menor tirada. Sin embargo, se acabó doblando al castellano en 1985 para su salida en vídeo, y para su reestreno en 1990, donde volvió a cosechar éxitos de venta y marcando a toda una generación de espectadores.
Su humor intelectual, con importante carga política pero muy accesible para el gran público, interpretado desde la seriedad de las tablas que les confiriera el teatro, rematados por unos gags delirantes y, sobre todo, infinitamente divertido la convirtieron desde su estreno en un clásico. Clásico del humor y de la parodia, del cine británico, pero también mundial… Es, para este que escribe, la película más divertida jamás rodada en la historia del cine.
En este sentido, cuando nos referimos a una obra de arte, en este caso, a una película, como un clásico, nos referimos a que no pasa de moda, perdura en el tiempo y siempre se mantiene actual. Un clásico lo es por no envejecer, por seguir teniendo lecturas que se adaptan al momento en que se vean, y pudiendo disfrutarse muchos años después, algo que es especialmente difícil en el mundo de la comedia y la sátira.
La sátira religiosa es, evidentemente, el tema central de la cinta, pero como han dicho repetidamente los Monty Python, la parodia no refiere únicamente al cristianismo y a la figura de Jesús (de hecho, huyen constantemente de presentar al verdadero Jesús), sino a las distintas religiones monoteístas y al pensamiento occidental, siendo especialmente ácido con sus seguidores. Desde el primer momento en que los reyes magos van a adorar a Brian por error, a las masas de seguidores que ya han seguido a más de un mesías (llegando a bendecir a su calabaza o su sandalia), pasando por el público de Jesucristo que no es capaz de oír claramente la oración del profeta y simplemente interpretan aquello que creen oír, es un continuo de escenas y gags de múltiples lecturas religiosas y políticas que resuenan en nuestra cabeza como actuales.
De hecho, en tiempos de persecución política a raperos y humoristas, sería interesante plantearse si esta película pudiera estrenarse hoy día en España, ya que la forma de burlarse del poder (ya sea político, religioso, económico o policial) es verdaderamente contestatario, y a duras penas pasaría la línea roja de la censura de la “Ley Mordaza”.
Además, su humor irreverente no podía pasar la oportunidad de reírse de la izquierda política (desde la propia izquierda, y eso se nota), con esas escenas tan míticas que a tantos nos sigue sonrojando de las peleas entre distintas organizaciones “antiimperialistas” con nombres que solo difieren en el orden de sus siglas, que les divide y a los que llegan a odiar más que a los propios romanos.
En definitiva, La Vida de Brian es una película valiente e irreverente, inteligente y despiadada, pero independientemente de toda esta racionalización a posteriori, es tremendamente divertida y buena como película. Una auténtica obra de arte de la comedia y del séptimo arte. Nos vemos dentro de otros 40 años, para ver si sigue siendo actual. Y recuerda: “always look on the bright side of life…”