‘MÁLAGA SE RINDE A BEJO Y AL BEJISMO’

El rapero canario hizo de su concierto una fiesta en la que nadie se quedó sin su mango.

Todas las religiones han generado a lo largo de su historia una iconografía y simbología particulares que las hace rápidamente reconocibles y distinguibles: la cruz latina del cristianismo, la estrella de David judía, el ying y el yang taoísta o el mantra Om del hinduismo. Ahora también tenemos los mangos, las gafas oscuras con cordón, la cesta en el brazo y los penes minimalistas del Bejismo.

Eran pasadas las 22 cuando Bejo salió a oficiar la misa en una Paris 15 que le tenía muchas ganas al canario. Por eso, cuando se escuchó el inicio de ‘Una Papa Pal Kilo’, la gente se enchufó y no se volvió a desconectar hasta casi una hora y media después. Porque si algo tiene Bejito es que no te da descanso, te mantiene siempre atento a lo que ocurre sobre el escenario sin que te dé si quiera tiempo a sacar el móvil para poder contarlo después.

Bejo sobre el poliéster de la París 15 / Félix Palacios @its_felixphoto

Cesta en mano y lanzando mangos y caramelos, el de El Hierro vino a presentar su último trabajo, ‘Parafernalio’ junto con el beatmaker Dj Pimp, que dejó momentazos tanto a los platos (demostrando que en el scratching pocos le superan), como a la batería. Con este recopilatorio sigue la misma línea que ha hecho al MC tan distinguible, pero esta vez renovando y evolucionando en los ritmos y la lírica; las barras llenas de juegos de palabras y eufonía son algo ya made in Bejo.

El rapero demostró que tiene temas para todo, más divertidos y bailables como ‘Mentecato’ o ‘Hasta Abajo’, y rimas más serias con compases más lentos que hacen que el propio Bejo avise que “pueden romper el poliéster”. Pero no hay verano sin invierno, y si bien los momentos con el vocoder no terminan de cuajar entre el público, suponen una pausa necesaria para la fiesta final. Una fiesta final en la que no puede faltar ‘Mucho’, cantada primero solo por los feligreses, convertidos irrevocablemente ya al Bejismo, y otra vez desde el principio por el artista.

Ya a estas alturas podríamos pensar que al canario se le han acabado los recursos sobre el escenario; y así tiene que ser si para acabar se baja a pie de pista con un público que lo rodea de flashes mientras acaba el bolo con eso de ‘Yo sí soy Mucho, pero no el Muchacho’.

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