Alegría por tener la oportunidad de verle en directo después de llevar años sin pisar un escenario. No era ningún holograma, Mika se encontraba en carne y hueso en Sala La Riviera ante cientos de personas con un rango de edad muy variado que estaban listos para disfrutar de un concierto que se perfilaba de especial y de reencuentro con el artista británico.
El espectáculo, que comenzó pasadas las 21:00, se abrió con Ice Cream, una canción muy enérgica que enganchó a todo el público y que hizo que sus ánimos se elevaran aún más. Entre las canciones de My Name is Michael Holbrook interpretó Dear Jealousy, Tiny Love, Blue y Tomorrow, temas en lo que el artista pasó de un ritmo vertiginoso a ritmos más pausados.
Mika sabía que, además de presentar su nuevo disco, su público tenía ganas de escuchar sus temas clásicos. Por ello, interpretó en su concierto canciones como Lollipop, Love Today o Relax, Take It Easy, entre otras. Sin duda, estos fueron los singles que más hicieron bailar al público y que nos trajo al Mika que nos enamoró en sus inicios.
El cantante británico demostró, tras más de dos horas de un enérgico y emocional concierto, que es un artista hecho para los directos, con un sinfín de cambios de vestuarios que hacían la puesta en escena aún más espectacular. Lo dio todo, lo que hizo el público se quedara con ganas de más y de volver a acudir la próxima vez que haga un concierto en nuestro país. Quizá Mika ya no sea lo que era hace diez años, pero aún tiene la fuerza suficiente como para seguir cautivando.
