Roio Ná. El joven músico emergente de 26 años, de la ciudad de Tigre, Argentina, habló con Nostromo Magazine para hablar sobre sus inicios y de este boom de su tema titulado ‘Sin Duelo’. Para conocer más a fondo a este artista, te invitamos a leer la siguiente entrevista.
¿Por qué el nombre Roio Ná?
Es medio loco, pero mi apellido es Royo y acá en Buenos Aires la ‘i griega’ se pronuncia como ‘sh’. En todas las provincias no, pero sólamente acá; entonces mi apellido acá es ‘Rosho’ y en el colegio siempre era como ‘Rosho de papel higiénico’, ‘Rosho de cámara de fotos’, etc… Entonces, cuando estábamos en el estudio pensaban nombres difíciles, con números y cosas así, y derrepente yo digo: “me quiero llamar como me llamo yo” –yo me llamo Nazareno, y me dicen Naza, o Ná– entonces dije, voy a poner mi apellido, pero lo voy a escribir como se pronuncia, así que nada, de esta manera quedó el nombre.
¿Estás estudiando algo? ¿o estudiaste?
Desde chico lo deseaba muchísimo. Mis padres, dentro de sus limitaciones, no podían pagarme algo; no estaba tan al alcance. Cuando era chico vivía en un pueblo, pero estaba muy insistente con el tema, me gustaba mucho el tema de la música.
Empecé en una bandita, donde tocaban, y les faltaba un baterista –yo tenía como 13 años– y digo,“yo sé tocar la batería”, y me dicen, “bueno, sentáte y tocá”; ponen la canción, y claramente yo no sabía tocar la batería. Era mi deseo tan grande que me mandé, y cuando me senté ¿viste la vergüenza de decir “no era tan cierto”? y por atrás viene el baterista –se llamaba Ezequiel– y cuando viene me dice, “dejáme a mí, que yo toco”. Y le digo, “bueno, te voy a dejar sentarte en la batería, si vos me dejás sentarme al lado tuyo todas las veces que toques, porque yo quiero aprender”. Él me dijo que sí, y nada, me senté ahí con él por un año. Luego, me quedaba a limpiar el lugar, que era como una capilla. Limpiaba el lugar de día y ellos me dejaban ocupar la batería en el tiempo libre, después de limpiar. Entonces yo me quedaba ahí horas y horas practicando, fue como mi primer instrumento.
Me gustaba mucho cantar, pero como que no era lo mío en ese entonces. E insistí: aprendí a tocar la guitarra preguntando, me mandé con el piano, con el bajo, como que empecé con los instrumentos. De Repente comencé a cantar en el colegio, porque necesitaban para los actos y esas cosas, y de la nada me veía sumergido, que era como que cada vez aprendía más; me decían que tenía oído absoluto, como por la capacidad para aprender estas cosas, aprenderme las notas sin saber los nombre, y desde desde ahí comenzó esto, hasta que llegué acá al punto. Bueno trabajo duro desde ‘wachín’.
Hablando un poco de tu tema,’Sin Duelo’, ¿Cómo surgió la letra de la canción?
Muchas veces me pasa, que a la hora de escribir una canción, trato de variar de estilos; puede ser un mes más rapero, después un reggaetón, o sea, va a ir como en diferentes estilos, porque es como que me abro a todo, pero ‘Sin Duelo’ para mí es una canción muy especial. Como que yo siempre suelo, cuando estoy como en una relación o en vínculo, soy el que sufre dentro de éste, y es como que un momento me pasa que pongo ese stop, de decir “Okay Nazareno, hasta acá podés dar”. Y es como que termina, y yo no tengo un duelo, es como que continúo. Como que lo hago de adentro; observando, mirando, y cuando escribía esta letra yo sabía que no hablaba de cosas tan alegres, pero a la vez el coro sí. Quería hacerla alegre.
Iniciar esto con esta canción que me representa también porque habla de la mier** que fue esto, o del momento en el que estoy, que a la vez me importa un carajo y me importa, pero a la vez quiero bailar con este tema. Quería hacer algo alegre, popero –me gusta mucho Bruno Mars, me gusta mucho tocar la batería, así que me quería centrar en la ‘percu’– y la letra se fue terminando y dando sola.
Originalmente esta canción, ¿La ibas a sacar con videoclip o pensabas sólo sacarla para Spotify?
No podía con la idea de hacer algo sin tener audiovisual. Soy bastante arrajatabla con esas cosas, y le mandé, me puse a estudiar en la parte audiovisual, como para entrar al estudio pudiese hablar con la gente y entender lo que estaba pasando, entender lo que era el plano, las secuencias, el arte, el diseño, las luces. Cuando hablábamos y no sabíamos si se iba a sacar esta canción o íbamos a ir a por otra, yo ya sabía que tenía que ir con audiovisual y así la gente puede compartir también.
Sabemos que estás en los inicios de tu carrera musical, ¿Qué es lo que más te ha costado hasta el momento?
Creo que lo que más cuesta es tomar la decisión de ir a por ello, creo que es lo más ‘compliqueti’ en la situación, porque dices “bueno, de dónde va a salir el dinero, no conozco a nadie para grabar, no tengo idea de cómo empezar”. Tomar la decisión fue lo más difícil. Yo lo empecé en una situación medio causal, fue en internet: yo estaba buscando amigos para tocar –volvía de Chile incluso– ya había salido del colegio pero ¿cómo sigo esto?.
Hay una página de internet de Argentina, que se llama Músicos Web, que te piden colaboración para comprar una birra, entonces ahí conocés músicos. Y aparece una sección que dice “se busca cantante masculino para trabajo remunerado”. Mande unos videos de Instagram que tenía grabados, con unos temas, unos clásicos. Me hablaron a los 20 minutos y me dice que buscan a una persona porque tiene que grabar unas canciones que quiere vender, así que necesitaba a un chico para hacer los demos. Nos juntamos en una cafetería para charlar; estuvimos dos horas charlando, con quien hoy en día es mi mano derecha, mi hermano, mi compañero, mi todo en esto. La cuestión es que me dice “mirá, estas son las canciones. Te doy tres canciones, andá a tu casa, preparálas. Tenemos un encuentro la semana que viene y me las cantás”.
Me voy a mi casa, las laburo, ya estaba en la computadora escuchando los tema y dije, “estos dos temas son una mierda, no me gusta”. Había uno sólo que me gustaba. Re atrevido lo mío, porque la verdad es que yo estaba en la posibilidad de recibir mi primer trabajo. La semana entrante voy y le digo, “no te preparé tres canciones, te preparé una sóla de las que me diste, y te la cambié un poquitito, como para que me quedara bien a mí.” Y el chabón me queda mirando como diciendo “no entendiste nada”. Me dice ”bueno, te escucho”. Le canté la canción y me dice “vos tenés que estar sonando en todos lados. Yo tengo que trabajar con vos”. Y yo lo miré y le dije “bueno”. Y ahí comenzó todo.
El apoyo es fundamental, no solamente en lo económico, sino que también en lo emocional, en lo logístico… Para ti, ¿quiénes han sido las personas que siempre han estado ahí?
Soy bastante reservado con lo que hago, porque me gusta separar muchísimo de disfrutar de estar con mi gente. Qué difícil pregunta, pero una de las primeras personas que más me apoyó fue alguien que me encontró cantando en una biblioteca solo con mi guitarra –yo tenía 16 años– y me agarró y me hizo participar en unos torneos de acá de Buenos Aires, donde gané, y creo que fue mi primer gran apoyo y aliento.
Siempre me sigue alentando, me manda mensajes. Después podría decir mis amigos, que saben que no suelo hablar mucho pero saben cuánto amo esto y lo único que me dicen es “tranquilo, si tenés una oportunidad, mandále”. Y por último mis hermanitas, de 14 y de 9. Están locas con lo que hago y son super fans mías, y creo que son las personas que más apoyo me dan en esta vida.Roio Ná tiene un gran futuro por delante, quien sólo con un tema ha explotado más de lo que él mismo creía. Una promesa para el país, que cuenta con una excelente gama de diversos artistas de todo estilo. Pop, Trap y más géneros son los que caracterizan a Roio Ná, que ayudan a la prolijidad, la frescura y lo pegajoso de su tema titulado ‘Sin Duelo’.