Divertida hasta decir basta, Virginia Riezu cuenta en la actualidad con el espectáculo Para ser mujer eres bastante graciosa, un monólogo muy personal con el que se corona como una verdadera estrella. ¿Cómo se le ocurrió la idea? ¿En que se momentos de su vida se ha inspirado? Hemos tenido el placer de hablar con ella, con la artífice del monólogo más atrevido de toda Gran Vía.
¿Cómo una ingeniera agrónoma pasa a ser una de las cómicas más grandes que existen ahora mismo?
Porque hacía teatro en la Universidad, allí gané un concurso de comedia, me seleccionaron para El Club de la Comedia y de ahí dije: «buah, esto es lo mío». Yo era un desastre como agrónoma, se me hubieran muerto todas las plantas y todo. Yo estaba ahí porque en mi caso no había ningún antecedente artístico, era más raro ser artista que ir a la luna. Estudié una carrera de ciencias porque era lo que decían que tenía salida. Yo creo que nos tendrían que mandar a ver mundo a los 18 años y cuando te dé un poco el aire y ya hayas trabajado algo.
En la obra dices que cuando viniste a Madrid estuviste trabajando en el VIPs y también estuviste en Saber Vivir un día. ¿Qué consejo darías a una persona joven que esté viviendo en Madrid y que no tenga ni idea de qué hacer con su vida?
La formación es importante, pero ser autodidacta también. Que se presenten a los casting y que empiecen a experimentar y saber de qué va el mundo real. Desde el principio empieza a pensar qué es lo que te hace diferente. Tienes que especializarte en algo, como en la comedia en mi caso. Hay que saber desde dónde estás hasta dónde puedes llegar. Yo llevo como 4 o 5 años estable de trabajar siempre, pero antes trabajaba esporádicamente. Allí iba intercalando todo el rato otros trabajos con trabajos de interpretación.
¿Cómo lograste entrar a Saber Vivir a las dos semanas de llegar a Madrid?
En mi clase había una señora mayor que su marido era guionista de Saber Vivir, y querían cambiar a la azafata. Fui a una agencia, me hicieron una prueba en una sala, yo leí lo que tenía que decir, les gustó y me cogieron. Me dijeron que no hacía falta que me lo aprendiera. Yo más o menos me lo leí, pero luego vino la realidad del directo. No hice ninguna prueba en plató antes. Me plantaron ahí y, de repente, me dijeron que resumiera el guion y corté la parte en la que tenía que hablar del chicharro. Luego había la parte en la que había una llamada de un concursante en la que Torre Iglesias dijo: «Hay un pescado que ella no ha nombrado que se llama chicharro». Torre Iglesias se cabreó y me dijo que no volviera. De hecho la gente de plató me dijo que para ser el primer día lo había hecho bien, pero nada. Tuve ese vídeo guardado mucho tiempo y me dije que ese vídeo jamás vería a la luz, pero luego me di cuenta de que era muy gracioso.
¿Tienes inquietud de que en algún momento se te acaben las ideas?
Ese miedo lo tenemos todo el rato de que no funcione, pero vives con ello. Material vas a generar, lo que ocurre es que estás un poco apretada y deseando que te salga un bloque bueno y original, que se haga viral. Vas cogiendo oficio y la actualidad va generando muchas cosas.
Para el monólogo te has basado en tus propias experiencias. ¿Cómo lograste construirlo para que tuviera una unidad?
Como todo lo tienes que probar, al principio vas haciendo cinco minutos y lo vas a probar a un Open, que son los sitios de comedia a los que probamos material. No te queda otra que testarlo con la gente. Es como orfebrería, como una obra de arte. El monólogo Para ser mujer eres bastante graciosa se construyó fragmento a fragmento, luego lo ordené, voy quitando y poniendo otros bloques, etcétera.
En la obra, el público juega un papel fundamental. ¿Cómo haces para solventar cuando el público está frío y no responde como tú deseas?
Te da en la cara si no están respondiendo, entonces empiezas a ponerte en marcha, empiezas a interactuar, etcétera. Empiezas a actuar de otra forma, provocando más o saltándote algún bloque. Siempre piensas que hay alguna grieta por la que puedes hacer que el público entre. Todas las funciones son diferentes. Hay veces que el público viene con más ganas de reírse.
Si tuvieras que decir dos o tres señas de identidad tuyas, ¿Cuáles dirías que serían?
Lo que creo que yo vendo es que empiezo más desde mis puntos de losser, de perdedora, para acabar exponiendo por qué soy una ganadora y que hay que aceptarse por esto, por esto y por esto. El otro día me decían que parecía una conversación con el público, que hay muchas cosas con las que se puede sentir identificado. Toca temas muy diferentes, desde la cistitis hasta las chicas puente. Creo que trato temas diferentes, provocando y a la vez conectando con el público. Hace unos años, hablando con muchos cómicos, hay quienes opinaban que interactuar con el público es un recurso fácil y que no vale, mientras yo creo que funciona bastante bien. La interacción, el reivindicar a una mujer fuerte a pesar de las cosas que te pasen, etcétera. Es curioso porque el monólogo empieza de una manera y acaba de otra,
¿Quiénes consideran que son tus referentes que te han podido inspirar como profesional?
Podría decir que Ellen DeGeneres, Eva Hache, Ana Morgade o Ali Wong, que actualmente es mi cómica favorita porque tiene un acting muy bueno y se nota que es guionista.
Actualmente colaboras en programas de radio y, hasta hace poco, en Todo es mentira. ¿Cómo haces para no parar y no explotar?
La vida de autónomo es estar pegado al teléfono. Este año no he tenido vacaciones, pero hay que petarlo, hay que llenar esa sala y para ello hay que trabajar. Al tener un día de función complicado como el jueves tienes que ponerte las pilas.
¿Tienes proyectos futuros?
Estoy hablando con distribuidoras para hacer el tema de giras del monólogo y me encantaría por ejemplo ir a Pamplona como de profeta en mi tierra. Sigo con la radio en la SER y estoy hablando con managers para participar en alguna ficción.
En relación a esto, ¿te gustaría hacer un cameo en Paquita Salas? Creo que te pega mucho
Me encantaría. Me gusta muchísimo en Paquita Salas. Ojalá me llamaran los Javis o pudiera participar en cualquier comedia de ese tipo o trabajar con Paco León. También me gustaría tener mi propia serie. Ahora me encanta Fleabag, estoy enganchadísima con esa serie.
Para terminar, si tuvieras que dar un premio a la persona más influyente de este 2019, ¿a quién se lo darías y por qué?
Para hacer un podium de jóvenes que lo petan, puedo decir que Amaia Romero, Sara Socas y Leticia Dolera, que ha hecho una serie estupenda. Creo que es un buen podium que está muy repartido. A mí me gustan muchísimo las mujeres pioneras. En diferentes disciplinas, las tres son unas cracks.
Entrevista: Jorge Caracuel Suero @jorgecasue_96
Estilismo: Total Look de Manila Grace @manilagraceofficial
Fotografía: Ann Sights @annsights
