Directo desde Gary, Indiana, Freddie Gibbs aterrizó en Europa para una breve pero agitada gira de primavera que debió ser partida en dos y que terminará de recorrer las ciudades pautadas, como Berlín, en el mes de agosto. Afortunadamente, nada impidió que el rapero pudiera dar sus shows en Holanda, Bélgica, Francia y el Reino Unido e Irlanda, incluyendo la invitación especial al dúo de saxo y batería de free jazz Binker and Moses, que estuvieron presentes en el show de Londres, de donde son oriundos.
Su show en la ciudad de Manchester, bajo el techo del Academy 2 de la Universidad de Manchester, albergó a algo menos de 900 personas que vibraban con expectativa desde la apertura de las puertas. El cronograma de la noche anunciaba que el primero en tomar el escenario sería el talentoso y emergente MC londinense Lord Apex, una de las figuras más interesantes del hip hop underground británico, que por su propio peso agregó un valor adicional a las entradas para estas fechas de la gira de Freddie Gibbs. En el caso de los asistentes del Academy 2, una buena parte del público se mostraba como oyente habitué de ambos raperos, ansiosos por la confluencia en latitud de dos estilos de música bien distintos y distantes dentro del género en más de un sentido.
Lord Apex abrió la jornada de forma contundente y de un portazo: tema tras tema recorrió sus múltiples aristas musicales, y posándose sobre la increíble energía del público, que disfrutó notablemente los asomos de trap y las aventuras líricas de algunos boom baps de golpe profundo, hizo sonar algunas de sus canciones más icónicas como “Like You Know”, “Vernacular” y “Spliff in the Morning”. También ostentó temas recientes como algunas producciones de su trabajo junto al valenciano Cookin Soul (“Off the Strength”, 2022) y sus encuentros con el estadounidense V Don.
La energía en el ambiente luego del show de Lord Apex era eléctrica, el setlist duró casi una hora y dio paso a un excelente juego de platos por parte de DJ Ralph, rapero también, que es quien acompaña el tour. Al primer paso en el escenario de Freddie Gibbs estalla la audiencia al grito de “Freddie, Freddie!” e incluso algunos “Fuck Benny!” en referencia al más reciente de los frecuentes conflictos del Big Rabbit que se vieron en redes sociales, y uno que viene latiendo fuerte desde algunas declaraciones de Benny The Butcher el mes pasado.
La voz del rapero de Indiana comenzó a extenderse por los muros desde su primera sílaba, envolviendo de forma total el lugar y llegando pura hasta los sectores más lejanos. En este show, signado por la intensidad vocal y una excelente mano en la ingeniería de sonido local, el carisma de Freddie Gibbs y su actitud desinteresada y divertida brillaron intensamente. Ante un público entregado a la intensidad de su música, Freddie y Ralph decidieron durante las diferentes fechas de la gira y también en este caso darles dos chances a sus mejores canciones, dándole un nuevo giro desde el principio luego de ya haber interpretado casi la mitad del track. La gente presente, agradecida, aprovechó esa segunda toma para rapear palabra a palabra, sílaba a sílaba, a tempo con el rapero y su dinámica forma de fluir.
Presentó un combinado de tracks que marcaron su carrera como los pertenecientes a “Bandana” y “Piñata” (ambos producidos por el incomparable Madlib) y “Alfredo” (nominado a un premio Grammy en 2021 y engendrado junto a uno de los mejores productores de la actualidad a nivel mundial: The Alchemist). Tampoco dejó por fuera hits de “Freddie” (2018), el disco que en su título y arte de tapa emula y homenajea al álbum “Teddy” (1979) de Teddy Pendergrass.
Los highlights de la noche, dejando de lado la pícara ida y vuelta con el encendido público y la calidad de su DJ, fueron las excelentes performances de algunos de los clásicos de su repertorio como Scottie Beam, Crime Pays, Gang Signs (tema donde originalmente está presente ScHoolboy Q), Thuggin’, y el estreno de su nuevo single lanzado junto a Rick Ross, que vio la luz apenas horas después de su presentación en Manchester, “Ice Cream” como cierre del espectáculo.
Gangsta Gibbs, cómodo y sonriente, disruptivo e incorrecto, se llevó aplausos y pura celebración por parte de los asistentes, para al día siguiente visitar Londres y enfrentar su última fecha en territorio británico para luego embarcarse al último punto pautado de su gira (al menos hasta su aterrizaje en Berlín en agosto para completarla oficialmente): Dublín, Irlanda.